Íntimo y Personal -Historia-
La historia de Gears of War. ¡Oh, la historia! Ese gran caballo de
batalla de la saga, y ese elemento por el que la primera parte fue
azotada hasta extremos insospechados por carecer casi por completo de
ese elemento narrativo integrador de las espectaculares secuencias de
acción que ofrecía el primer título de la franquicia. Dada la severa
crítica a la que se vio sometido el original en este campo Epic Games
decidió inyectar un fuerte componente dramático en la segunda
parte, quizá no sumando demasiado núcleo argumental, pero sí aportando
algunas escenas simple y llanamente gloriosas como la del reencuentro de
Dominic y María: un momento sorprendentemente maduro y emotivo para una
saga marcada por sus rudos protagonistas, anabolizados hasta el
paroxismo y que también hasta entonces parecían aparentemente
desprovistos de sentimientos.
La tercera entrega de la IP sigue esta misma línea, aumentando netamente esta serie de momentos intimistas
para conocer más sobre sus personajes protagonistas de una forma
realmente sorprendente. Los cánones del género shooter hasta hace poco
marcaban que para un correcto tempo de un título de acción las
secuencias cinemáticas debían ser lo más breves y menos intrusivas
posibles. En este sentido el Killzone 3 de Guerrilla marcó un fallido
intento por salpicar su campaña individual de montones de CGIs en las
que explicar una historia que no parecía resultar atractiva o
emocionante ni tan siquiera para sus propios protagonistas.
La historia de Gears of War. ¡Oh, la historia! Ese gran caballo de
batalla de la saga, y ese elemento por el que la primera parte fue
azotada hasta extremos insospechados por carecer casi por completo de
ese elemento narrativo integrador de las espectaculares secuencias de
acción que ofrecía el primer título de la franquicia. Dada la severa
crítica a la que se vio sometido el original en este campo Epic Games
decidió inyectar un fuerte componente dramático en la segunda
parte, quizá no sumando demasiado núcleo argumental, pero sí aportando
algunas escenas simple y llanamente gloriosas como la del reencuentro de
Dominic y María: un momento sorprendentemente maduro y emotivo para una
saga marcada por sus rudos protagonistas, anabolizados hasta el
paroxismo y que también hasta entonces parecían aparentemente
desprovistos de sentimientos.
La tercera entrega de la IP sigue esta misma línea, aumentando netamente esta serie de momentos intimistas
para conocer más sobre sus personajes protagonistas de una forma
realmente sorprendente. Los cánones del género shooter hasta hace poco
marcaban que para un correcto tempo de un título de acción las
secuencias cinemáticas debían ser lo más breves y menos intrusivas
posibles. En este sentido el Killzone 3 de Guerrilla marcó un fallido
intento por salpicar su campaña individual de montones de CGIs en las
que explicar una historia que no parecía resultar atractiva o
emocionante ni tan siquiera para sus propios protagonistas.
En este sentido Gears of War 3 es, por el contrario, un absoluto triunfo. También hay montones de clips de vídeo entre escena de acción y escena de acción en el juego de Epic Games, pero no sólo el carisma
de Marcus Fenix y el resto de su pelotón Delta están muy por encima del
de Sev y los demás, sino que además sus historias de demonios
personales y fracasos familiares llega... Por algún motivo toca dentro.
El prólogo es una muy buena muestra de ello, con un Marcus
atenazado en sueños por sus más temibles fracasos personales, pero
también son potentes las secuencias más ligeras con alivios cómicos,
entre los que destaca la química que tienen Baird y la bella Sam, lanzándose divertidas puyas el uno al otro durante todo el tiempo que comparten pantalla.
de Marcus Fenix y el resto de su pelotón Delta están muy por encima del
de Sev y los demás, sino que además sus historias de demonios
personales y fracasos familiares llega... Por algún motivo toca dentro.
El prólogo es una muy buena muestra de ello, con un Marcus
atenazado en sueños por sus más temibles fracasos personales, pero
también son potentes las secuencias más ligeras con alivios cómicos,
entre los que destaca la química que tienen Baird y la bella Sam, lanzándose divertidas puyas el uno al otro durante todo el tiempo que comparten pantalla.
Y
es que incluso personajes que no tenían demasiada importancia más allá
de su condición caricaturesca tienen un tratamiento fantástico en la
tercera parte. Augustus Cole es un gran ejemplo de ello, y es que
el veterano jugador de Thrashball incluso tiene una dilatada sección
como protagonista dentro de la campaña individual del juego. En un
momento determinado la aventura girará su enfoque hacia Cole y Baird
para contarnos la misma historia que están viviendo Marcus y Dominic,
pero haciéndolo desde otro ángulo diferente y poniéndonos a nosotros a
los mandos de la mole de color. Este hábil e ingenioso movimiento por
parte de Epic Games respira además estilo, con un momento épico en el
que revivimos brevemente lo que sentía el gigantón negro al enfundarse
su traje de fútbol americano en una secuencia sorprendentemente
cinemática que será únicamente la primera de una serie de vídeos
destinados a tocar la fibra sensible del usuario. En ese caso se trata
de sentir cómo un personaje que lo era todo y que lo tenía todo en el
mundo previo al Día de la Emergencia vive en un mundo descastado e
insoportable después, y en este sentido los lazos de empatía con el
aficionado van a ser fuertes y duraderos.
Destacado el factor emotivo que debuta en la saga, tremendamente
necesario teniendo en cuenta su condición de cierre de la trilogía, hay
que hablar brevemente de la historia que se nos cuenta. Quién nos iba a
decir que en un título de Gears of War sería mejor hablar lo menos
posible del guión para evitar spoilers, pero lo cierto es que en el
juego que nos ocupa, éstos tienen una importancia extrema. Para evitar
reventar sorpresa alguna a los jugadores sólo destacaremos que la Coalición de Gobiernos Ordenados
se encuentra en estos momentos en su momento más bajo. Marcus y el
resto del pelotón Delta se encuentran refugiados en un barco que flota
en alta mar, lo más lejos posible de la amenaza Locust y también Lambent
que opera en las vastas tierras de Sera. En este refugio tanto el
protagonista como su inseparable Dominic Santiago viven angustiados por
sus propios demonios, y la única forma de exorcizarlos parece la del
combate. Éste no tarda en llegar, con un asalto frontal por parte de los
temibles Lambent que, con sus tentáculos, alcanzan la superficie del
buque para atacarlo con sus tropas de infantería y sacar a los héroes
del nostálgico remanso de paz en el que erróneamente vivían.
A partir de ahí la campaña se pone en marcha con un comienzo que
funciona como una verdadera explosión. El combate en la cubierta del
buque, ya mil veces visto en las demostraciones jugables del E3, muestra
bien a las claras algunas de las escasas novedades que va a ofrecer el
título a nivel jugable, como las de los biónicos exoesqueletos mecánicos
a los que nos subiremos para masacrar a nuestros enemigos. El sentido
de viaje por el que siempre se ha caracterizado la franquicia se
desencadena tras su flamígero inicio, y nos ponemos en marcha a través
de los cinco actos que componen el modo historia, que cuentan con
algunos vídeos sencillamente impecables y que nos llevarán a través de
diferentes escenarios en una lucha contra los Locust que sólo puede
calificarse de una manera: Épica.
es que incluso personajes que no tenían demasiada importancia más allá
de su condición caricaturesca tienen un tratamiento fantástico en la
tercera parte. Augustus Cole es un gran ejemplo de ello, y es que
el veterano jugador de Thrashball incluso tiene una dilatada sección
como protagonista dentro de la campaña individual del juego. En un
momento determinado la aventura girará su enfoque hacia Cole y Baird
para contarnos la misma historia que están viviendo Marcus y Dominic,
pero haciéndolo desde otro ángulo diferente y poniéndonos a nosotros a
los mandos de la mole de color. Este hábil e ingenioso movimiento por
parte de Epic Games respira además estilo, con un momento épico en el
que revivimos brevemente lo que sentía el gigantón negro al enfundarse
su traje de fútbol americano en una secuencia sorprendentemente
cinemática que será únicamente la primera de una serie de vídeos
destinados a tocar la fibra sensible del usuario. En ese caso se trata
de sentir cómo un personaje que lo era todo y que lo tenía todo en el
mundo previo al Día de la Emergencia vive en un mundo descastado e
insoportable después, y en este sentido los lazos de empatía con el
aficionado van a ser fuertes y duraderos.
Destacado el factor emotivo que debuta en la saga, tremendamente
necesario teniendo en cuenta su condición de cierre de la trilogía, hay
que hablar brevemente de la historia que se nos cuenta. Quién nos iba a
decir que en un título de Gears of War sería mejor hablar lo menos
posible del guión para evitar spoilers, pero lo cierto es que en el
juego que nos ocupa, éstos tienen una importancia extrema. Para evitar
reventar sorpresa alguna a los jugadores sólo destacaremos que la Coalición de Gobiernos Ordenados
se encuentra en estos momentos en su momento más bajo. Marcus y el
resto del pelotón Delta se encuentran refugiados en un barco que flota
en alta mar, lo más lejos posible de la amenaza Locust y también Lambent
que opera en las vastas tierras de Sera. En este refugio tanto el
protagonista como su inseparable Dominic Santiago viven angustiados por
sus propios demonios, y la única forma de exorcizarlos parece la del
combate. Éste no tarda en llegar, con un asalto frontal por parte de los
temibles Lambent que, con sus tentáculos, alcanzan la superficie del
buque para atacarlo con sus tropas de infantería y sacar a los héroes
del nostálgico remanso de paz en el que erróneamente vivían.
A partir de ahí la campaña se pone en marcha con un comienzo que
funciona como una verdadera explosión. El combate en la cubierta del
buque, ya mil veces visto en las demostraciones jugables del E3, muestra
bien a las claras algunas de las escasas novedades que va a ofrecer el
título a nivel jugable, como las de los biónicos exoesqueletos mecánicos
a los que nos subiremos para masacrar a nuestros enemigos. El sentido
de viaje por el que siempre se ha caracterizado la franquicia se
desencadena tras su flamígero inicio, y nos ponemos en marcha a través
de los cinco actos que componen el modo historia, que cuentan con
algunos vídeos sencillamente impecables y que nos llevarán a través de
diferentes escenarios en una lucha contra los Locust que sólo puede
calificarse de una manera: Épica.
Género
Acción, Shooter, Aventura (Ciencia ficción)
Jugadores
1-10 (Competitivo: 2-10 / Cooperativo: 2-5)
Idioma
Manual: Español, Textos: Español, Voces: Español
Desarrollador
Epic Games
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